martes, 12 de abril de 2016

La excelencia de una organización emocionalmente inteligente

Las personas dotadas con la aptitud de colaboración promueven un clima amigable de trabajo compartiendo información y recursos, equilibrando la tarea con las relaciones personales. Esto se traduce en el valor de un espíritu cooperativo, gente que se divierte trabajando, comparte y bromea, lo que le brinda un capital emocional que le permite destacarse en los buenos momentos y sobresalir de los malos. La construcción de relaciones colaboradoras y fructíferas debe iniciar en cada área de las empresas.

Muchos son los elementos que tienen importancia para la efectividad de los equipos de trabajo pero sin duda que el elemento "humano" es el más importante. Así como, el factor técnico se relaciona con el coeficiente intelectual, el factor humano lo hace con la "inteligencia emocional".

La Inteligencia emocional es la clave para que nuestras relaciones e interacciones sean un éxito y resulten beneficiosas para todas las partes implicadas, capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones. También podríamos definirla como la capacidad de monitorear y regular los sentimientos propios, de utilizarlos para guiar nuestro pensamiento, acciones y determinando el potencial para el aprendizaje continúo de diferentes 
habilidades.

La inteligencia emocional permite que se fomente el debate abierto, ese nivel de apertura es una cuestión de fuerte contenido emocional que divide la fina línea entre llegar a una solución o terminar todos peleados en una acalorada discusión.


"La base de cualquier relación es la comunicación".


La comunicación establece conexiones y las conexiones forjan relaciones. Es fundamental disponer de una capacidad de comunicación eficaz en el trabajo. Unas palabras equivocadas, unos gestos imprudentes o unos conceptos mal interpretados pueden generar situaciones no deseadas. 

Para mejorar nuestras relaciones con los demás debemos desarrollar técnicas eficaces como:

  • Exteriorización - transmitir con claridad al otro lo que pensamos, sentimos y queremos. 
  • Asertividad - defender nuestras opiniones, ideas y necesidades al mismo tiempo que respetamos a los demás. 
  • Atención dinámica - escuchar de verdad lo que dicen los demás. 
  • Crítica - compartir, de forma constructiva, nuestras ideas y sentimientos sobre las ideas y los actos de otra persona. 
  • Comunicación de equipo - comunicarnos en una situación de grupo. 
En suma, debemos ayudar a los demás a controlar sus emociones, a comunicarse con eficacia, a solucionar sus problemas, a resolver sus conflictos y a sentirse motivados. Nuestra capacidad para ayudar a los demás, junto con nuestro trato acertado en las relaciones interpersonales y nuestra propia inteligencia emocional, pueden ayudarnos a crear una organización emocionalmente inteligente.

“Estar juntos es un comienzo. Mantenernos juntos, un progreso. Trabajar juntos, es un éxito.”



Artículo por: Laura Santiago
www.greatteam.mx

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